jueves, 28 de enero de 2010

LA JUNTA ASALTA LA CUENCA MEDITERRÁNEA DE MÁLAGA


He oído en infinidad de tertulias de radio a los Enrique Linde Cirujano, José María Martín Delgado, María Gámez, consejeros, delegados y otros paladines de la Junta andaluza emplear argumentos de auténticos tahúres intentando convencer a los incrédulos malagueños de que la Junta, su Junta, en nada había hecho cambiar la Cuenca Mediterránea de Málaga. Nada. Ni al personal con más de un siglo de experiencia acumulada, ni la ubicación en edificio tan emblemático, ni las importantes inversiones que se ejecutaban desde Málaga. Nada. Todo está exactamente como estaba antes, argumentan falsamente. Por ello, cuando se oye que el señor Martín Delgado es el pupilo elegido por el presidente Griñán para optar a la alcaldía de esta gran ciudad, es para echarse a temblar del frío diabólico que se nos mete en el cuerpo a los malagueños tras Enrique el del puerto y María la de la Junta. Nunca personajes tan pequeños hicieron tanto daño con sus insidiosas peroratas bañadas de intelectualidad a esta capital y a sus 101 pueblos. Jamás. Como jamás una institución creída amiga había cometido nunca una felonía de tan dolosas consecuencias con el noble pueblo malagueño sin haber recibido aún su merecido. La realidad, más que nos duela a todos, es bien distinta a las argucias de estos y otros junteros apátridas de la tierra que los vio nacer o acogió como al granadino Enrique Linde. La realidad es que hasta el 7 de Enero de 2009 el artículo 13.2 establecía lo siguiente: “La Dirección General de la Cuenca Mediterránea Andaluza tiene su sede en la ciudad de Málaga”. Pues bien, este párrafo ha desaparecido. La realidad tozuda es que a partir del 1 de Enero de 2005 en que se transfieren las competencias desde el gobierno de España a esta Junta andaluza con la que tanto pierde Málaga, la provincia ha pasado de ser un centro competencial neurálgico de la Cuenca de la Andalucía Oriental, a ser un mero “distrito” vacío de contenido real. Y ello ha sido negado mil veces por estos hombres y mujeres de la Junta que la sirven desde Málaga. Malaya sean las malas artes de esta Junta tan dañina, y malaya sean sus paladines y voceros siempre dispuestos a salvaguardar todo lo venido de Sevilla aunque, como en el caso que nos ocupa, lo venido los haga arrastrarse en el lodo hasta el engaño. Hasta el deshonor. Ya no habrá pues inspecciones fluviales desde los despachos malagueños, ni autorizaciones ni concesiones para aprovechar aguas y pozos, ni se constituirán desde Málaga comunidades de usuarios, ni se tratarán aquí los deslindes ni se llevarán los Registros de Aguas, ni los funcionarios malagueños oirán las quejas y reclamaciones de los vecinos y tratar de resolvérselas. Ya nada tiene que ver el puñado de malagueños que durante más de un siglo han trabajado bien la Cuenca Mediterránea malagueña. Todo eso se lo ha llevado la malquerida Junta a Sevilla para mayor gloria y puestos de trabajo para los sevillanos.

Javier Fernández.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡La Cuenca Mediterránea siempre malagueña! ¡Junta ladrona fuera de Málaga!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Juan.

Cinemagnificus dijo...

Excelente artículo. Ilustrativo de todo lo triste que está pasando en esta provincia. Pero saldremos adelante: lo hemos hecho otras veces a pesar de las miles de zancadillas que nos han puesto, y lo seguiremos haciendo, y seguiremos aportando más que nadie a pesar de la crisis. Málaga sabe reponerse de cosas peores y seguir despuntando por encima de los que sólo viven de malas artes.